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Espacio público

Los animales de compañía

CONTEXTO

© yulana / Shutterstock.com

De acuerdo con el Primer estudio de animales de compañía de Cataluña, en nuestra comunidad hay 1.023.847 animales de compañía registrados. De estos, el 91,6 % (938.254) son perros; el 7,6 % (78.130) son gatos; el 0,4 % son hurones; y el 0,4 % restante corresponde a otros animales y animales exóticos (aves, tortugas, conejos, etc.). Asimismo, se ha registrado que el 30 % de los hogares de Barcelona poseen una mascota. Por consiguiente, los animales de compañía son una realidad muy presente en nuestra sociedad.

Los animales de compañía son muy beneficiosos para la salud de sus propietarios, dado que favorecen la actividad física, el contacto con otras personas, el compromiso (en el caso de la infancia), y el confort emocional y el apoyo físico como animales de guarda y defensa, pero también pueden causar molestias a terceras personas, por lo que la convivencia con ellos en las ciudades no siempre es fácil. Los perros tienen unas necesidades de espacio público concretas, ya que lo utilizan de un modo distinto a cómo lo usamos las personas; ellos, además pasear y hacer ejercicio, también lo aprovechan para hacer sus necesidades fisiológicas.

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La presencia de excrementos en el espacio público constituye una fuente continua de quejas y conflictos. Los excrementos, además de generar una falta de salubridad en el espacio público, pueden suponer el origen de zoonosis producidas por parásitos intestinales (helmintos, protozoos, etc.), son motivo de accidentes (resbalones y caídas) y de rechazo a estas mascotas (verlos provoca asco y pisarlos, enojo). Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es la orina de los perros, en especial la de los machos, que utilizan para marcar su territorio. Esta conducta instintiva también es una fuente de problemas, dado que provoca mal olor y suciedad, al tiempo que deteriora el mobiliario urbano y las fachadas con las que entra en contacto. Se ha demostrado que los distintos sistemas disuasorios —tanto sustancias químicas (azufre, feromonas, etc.) como elementos físicos— tienen una eficacia muy baja.

Otro aspecto social que hay que tener presente es cómo favorecer la accesibilidad de las personas que utilizan perros de asistencia; la normativa les autoriza a acceder a prácticamente todos los espacios públicos.

 

 

OBJETIVO

  • Minimizar los efectos negativos de la presencia de perros en las condiciones de salubridad del espacio público mediante la instalación de elementos específicos en las calles y el diseño de zonas comunes utilizadas por los animales de compañía.
  • Favorecer espacios de recreo donde la convivencia entre perros y personas no genere enfrentamientos.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

  • Facilitar elementos -como contenedores con materiales fungibles para la recogida de excrementos- que ayuden a las personas que pasean perros en el espacio público a cumplir con sus obligaciones.
  • Instalar puntos de sujeción para perros en la entrada de aquellos establecimientos que prohíban su acceso.
  • Diseñar elementos de marcado para perros en la calle para así evitar que el espacio privado (fachadas de edificios, vehículos estacionados, etc.) se ensucie con deyecciones y micciones, y procurar que estén conectados con el alcantarillado.
  • Habilitar espacios compartidos con amplias zonas de recreo equipadas con elementos para jugar, practicar ejercicio físico, pasear, reunirse, etc. Instalar fuentes en las que los perros puedan beber sin que toquen el grifo directamente.
  • Tener en cuenta la presencia de perros de asistencia a personas ciegas, con visión reducida u otras patologías, dado que tienen libre acceso a todos los espacios públicos.

    La normativa reconoce los siguientes tipos de perros de asistencia:
    • Perro guía o lazarillo: adiestrado para guiar a una persona con discapacidad visual o sordera.
    • Perro de servicio: adiestrado para prestar ayuda a personas con alguna discapacidad física en las actividades de la vida diaria, tanto en el entorno privado como en el externo.
    • Perro de señalización de sonidos: adiestrado para avisar a las personas con discapacidad auditiva de diferentes sonidos e indicarles la fuente de su procedencia.
    • Perro de aviso: adiestrado para dar una alerta médica a las personas que padecen epilepsia, diabetes o alguna de las enfermedades reconocidas de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 1 de la disposición final segunda.
    • Perro para personas con trastornos del espectro autista: adiestrado para cuidar de la integridad física de una persona con trastornos del espectro autista, guiarla y controlar las situaciones de emergencia que pueda sufrir.

EXPERIENCIAS DE REFERENCIA

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA

ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN TÉCNICA


Se pueden obtener informaciones más detalladas dirigiendose al Servicio de Salud Pública: entornurbasalut@diba.cat

Fecha de la última actualización:
dg., 09 de maig 2021 17:20:10 +0000