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Equipamientos

El edificio enfermo. Los materiales de efecto nocivo o perjudicial para la salud

CONTEXTO

© Josch / Shutterstock.com

Cuando más del 20 % de los ocupantes de un edificio se quejan de la calidad del aire o presentan síntomas indeterminados, similares a los del resfriado común o a enfermedades respiratorias, se puede afirmar que existe el fenómeno conocido como síndrome del edificio enfermo. Aunque los síntomas son, en general, leves, causan molestias a un número elevado de las personas que habitan diariamente en estos edificios y, en determinadas circunstancias, pueden influir apreciablemente en los índices de absentismo.

Los edificios más susceptibles de generar este problema suelen ser eficientes a nivel energético, están equipados con sistemas de ventilación forzada generalmente común a todo el edificio y son de construcción moderna o han sido reformados recientemente con materiales nuevos. En gran medida, el problema tiene relación con la construcción de edificios cada vez más herméticos por razones de ahorro energético, limitando así las posibilidades de ventilación natural con un menor aporte de aire renovado del exterior a favor del reciclado del aire interior. La gran variedad de materiales de construcción, recubrimiento y aislamiento, y de elementos decorativos (pinturas, barnices, moquetas, etc.) que se utilizan en estos edificios, así como la contaminación producida por campos magnéticos y la propia calidad de la iluminación, entre otros, pueden desencadenar los efectos propios de los contaminantes en el ambiente interior.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) diferencia entre dos tipos de edificios enfermos: los edificios temporalmente enfermos, en los que se incluyen edificios nuevos o de reciente remodelación donde los síntomas disminuyen y desaparecen con el tiempo -aproximadamente tras medio año-, y los edificios permanentemente enfermos, en los que los síntomas persisten, a menudo durante años, a pesar de haberse tomado medidas para solucionar los problemas.

 

OBJETIVO

  • Aumentar la calidad del aire interior en edificios de uso frecuente como oficinas, hospitales o escuelas, y disminuir la concentración de contaminantes y otros factores que puedan alterar la salud de sus ocupantes.
  • Ser capaz de diagnosticar y reconocer el síndrome del edificio enfermo a raíz de las quejas de los trabajadores u ocupantes del edificio, e identificar las causas del problema.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

  • Reconocer las causas más frecuentes del síndrome del edificio enfermo: ventilación insuficiente debido a la falta de mantenimiento; distribución deficiente y entrada insuficiente de aire fresco, y presencia de contaminantes -formaldehído y otros compuestos orgánicos volátiles (COV)- y partículas en suspensión en el aire interior, provenientes de los materiales de construcción y decoración, de las máquinas de oficina o de los productos de limpieza (la OMS recomienda valores límite que se pueden consultar en la NTP 289).
  • Reconocer los síntomas característicos del síndrome del edificio enfermo y actuar cuando más del 20 % de los ocupantes del edificio presenten quejas. La sintomatología para diagnosticar un edificio enfermo es muy diversa y posee un carácter temporal, es decir, al abandonar el edificio los síntomas disminuyen progresivamente. Los síntomas más significativos y comunes son irritaciones de los ojos, nariz y garganta; sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel; respiración dificultosa; erupciones cutáneas; hipersensibilidades inespecíficas; náusea, mareos y vértigo; dolor de cabeza, y fatiga mental.
  • Recoger la información necesaria sobres las quejas planteadas por los ocupantes de estos edificios siguiendo la NTP 290: El síndrome del edificio enfermo: cuestionario para su detección.
  • Evitar la utilización de materiales de construcción y de decoración que contengan formaldehído u otros COV. La presencia de COV en materiales de construcción es frecuente en pinturas plásticas, barnices sintéticos y suelos o revestimientos a base de PVC. Cuando no exista alternativa, elegir materiales con bajas emisiones de COV (idealmente ≤ 100 ug/m3). Las emisiones de COV de cada material de construcción se pueden consultar en su ficha técnica.
  • Aislar las zonas de creación de campos magnéticos, apantallar las conducciones eléctricas.
  • Priorizar la iluminación natural y complementarla con iluminación artificial que respete los ciclos circadianos.
  • Respetar la recomendación, como valor de referencia, de una velocidad de ventilación de 10 l/s por persona, para reducir la presencia de los síntomas anteriormente descritos y la insatisfacción de los ocupantes con la calidad del aire.
  • Mantener la humedad relativa de forma que ayude a mantener unos niveles de energía electrostática controlados.
  • Evitar la presencia de superficies que favorezcan la acumulación de agentes contaminantes, que no se puedan limpiar fácilmente y que pudieran favorecer el crecimiento de moho.

EXPERIENCIAS DE REFERENCIA

  • Torre AGBAR, en Barcelona.
  • El edificio sede central de la compañía Gas Natural situado en Barcelona (la Barceloneta).
  • La Ciudad de la Justicia de Málaga.

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA

ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN TÉCNICA

OTRAS FICHAS DE LA GUÍA

Una información más detallada puede obtenerse dirigiéndose a:


Se pueden obtener informaciones más detalladas dirigiendose al Servicio de Salud Pública: entornurbasalut@diba.cat

Fecha de la última actualización:
dt., 11 de maig 2021 16:40:50 +0000