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Planificación urbana

La ciudad compacta (densidad)

CONTEXTO

© Visual Intermezzo / Shutterstock.com

La ocupación del territorio debe incorporar el concepto de utilización racional del suelo. En tanto que bien escaso y limitado, la ocupación del suelo requiere conjugar las necesidades de crecimiento con la preservación de los recursos naturales y de los valores paisajísticos, arqueológicos, históricos y culturales con objeto de garantizar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. (Definición de desarrollo urbanístico sostenible. Art. 3.1 TRLUC-2010.)

Fomentar la aplicación de un modelo de ciudad compacta requiere ocupar el suelo de tal modo que se evite la dispersión en el territorio, se favorezca la actividad física, se tenga en cuenta la renovación y la rehabilitación, y se consolide un modelo de territorio eficiente a escala global (Naciones Unidas, 2017; Ministerio de Fomento, 2018). Como criterio general, los asentamientos urbanos deben configurarse de forma compacta, preservando el resto del territorio como espacios no urbanizados, donde las actividades y usos admitidos estén al servicio de los atributos reconocidos (en cada caso) de estos espacios abiertos.

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Debe señalarse que el modelo de ciudad compacta es, mayoritariamente, el propio de los núcleos urbanos de Cataluña, y del Mediterráneo en general. Sin embargo, no hay que olvidar que existen zonas rurales con un modelo tradicionalmente disperso (cortijos, masías), así como un número muy significativo de tejidos de baja densidad («urbanizaciones») que ocupan el conjunto del territorio y deben gestionarse de la mejor manera posible, tratando de revertir algunos de los aspectos más negativos y de apreciar los aspectos positivos para la salud.

Para tender a un equilibrio entre el número de residencias, la dimensión de los equipamientos y el espacio de suelo público, es útil recurrir a la densidad y a la tipología de viviendas como parámetros indicadores de un determinado modelo de ciudad o de barrio.

La densidad determina las distancias entre las viviendas, los lugares de trabajo, los servicios y las plazas y parques, por lo que influye claramente en el modo en el que las personas se desplazan. Por consiguiente, la densidad tiene un efecto directo en la salud, dado que puede facilitar el transporte activo y, por consiguiente, favorece la práctica de ejercicio y la salud física y mental.

En primer lugar, se ha observado una sólida correlación entre los niveles de actividad física y la densidad residencial. Así, el hecho de vivir en zonas con una mayor densidad residencial (áreas dominadas por apartamentos) se ha vinculado con una mayor caminabilidad y con pasar menos tiempo sentado en el medio de transporte utilizado, en comparación con aquellas zonas que presentan una densidad menor (áreas dominadas por casas aisladas). Por otro lado, el sobrepeso también se relaciona con el hecho de vivir en áreas con una baja densidad poblacional, con redes viarias en las que abundan las curvas, con un acceso a pie limitado a los servicios comerciales y con una elevada dependencia de los vehículos privados para desplazarse de un sitio a otro.

Por último, la salud mental también está vinculada con la densidad. Una estructura urbana densa (en lugar de expansiva) favorece las relaciones interpersonales y puede contribuir a una mejora de la salud mental y a reducir el riesgo de depresión, en especial entre la gente mayor.

Aunque a priori no se observan diferencias con respecto a la calidad del aire, el hecho de que haya menos vehículos circulando permite reducir las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles fósiles que contribuyen al fenómeno del calentamiento global.

Sin embargo, la densidad no es un valor absoluto: tan negativas pueden ser las densidades muy bajas (cuando no garantizan la suficiente compacidad para minimizar los desplazamientos contaminantes y promover la cohesión social) como las densidades excesivas (cuando no se alcanzan proporciones adecuadas entre vivienda/equipamiento/espacio público, etc.).

 

OBJETIVO

  • Fomentar la aplicación de un modelo de ciudad compacta, ocupando el suelo de forma que se evite la dispersión en el territorio, se tenga en cuenta la renovación y la rehabilitación, se favorezca la movilidad activa y se consolide un modelo de territorio globalmente eficiente.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

  • Planificar priorizando el crecimiento hacia el interior de la propia ciudad, evitando grandes extensiones y adaptando el diseño de la ciudad a un modelo de ciudad compacta de mayor densidad; es decir, configurando distancias interurbanas más cortas, y zonas verdes y de ocio que permitan promover un estilo de vida activo y un modelo de desarrollo orientado a las personas.
  • Reutilizar los espacios interiores de la ciudad que hayan quedado obsoletos como prioridad para el crecimiento sostenible. Realizar el planeamiento de estas áreas valorando sus funciones y teniendo en cuenta el desarrollo de los espacios y su mantenimiento. Tomar en consideración las áreas centrales ecológicas de la ciudad, las fronteras y los hábitats divergentes, dando prioridad a las áreas y espacios que favorezcan el desarrollo de la ciudad y cuyo mantenimiento y restauración permita orientarlos hacia un modelo inclusivo y ecológico. El Anteproyecto de Ley de Territorio promueve el reciclaje urbano y la descalificación de zonas urbanizables no consolidadas para regresar a modelos más compactos.
  • Adaptar el mantenimiento de las zonas de alta densidad planificando e interviniendo para actualizar los espacios tomando en consideración las necesidades sociales y económicas de la ciudad.
  • Acompañar la densidad con una mejora de la infraestructura verde (de las calles, parques, plazas, patios, tejados, fachadas, etc.). Priorizar su diseño permite, por un lado, favorecer el transporte activo (a pie o en bicicleta), las condiciones para la participación y el diálogo, beneficiarse de la disponibilidad de zonas verdes multifuncionales, disfrutar del atractivo de los barrios, afrontar las condiciones del cambio climático (contribuir a proporcionar sombra y a refrescar), entre otras cosas; es decir, ayuda a mejorar las condiciones de vida y de trabajo y a reducir el estrés de la ciudadanía. Por otro lado, permite reducir el consumo de recursos y reutilizar los espacios, contribuyendo así a reforzar y consolidar un modelo territorial eficiente.

EXPERIENCIAS DE REFERENCIA

  • Projecte CAT MED. Plataform for sustainable urban Models. Els seus eixos de treball són la compacitat,la complexitat i la proximitat als serveis bàsics.
  • Copenhagen. Copenhagen ha construït i continua construint pensant en la densitat com a element clau per a la sostenibilitat. Procuren que el desenvolupament urbà sigui sostenible, concentrant les construccions només en determinats punts i procurant evitar que les construccions s’escampin arreu del territori. Això afavoreix, entre d’altres coses, que es puguin tenir zones verdes per a tothom molt més extenses. En concret, a Copenhagen han procurat establir zones d’alta densitat al voltant de les estacions de metro i del tren.
  • Rotterdam. Rotterdam aposta per assolir un concepte de ciutat densificada i verda (densification & greenification) que faci atractives les àrees centrals de la ciutat per treballar-hi i per viure-hi. Per raons històriques (durant la segona mundial la ciutat quedà arrasada) la zona central de la ciutat estava ‘poc’ poblada i era poc compacte. També aposta perquè aquesta densificació també comporti barris heterogenis en la seva composició social. Amb gent de diverses capacitats adquisitives. La densificació també permet un millor ajust del transport públic i encoratja l’ús de la bicicleta.
    Rotterdam va apostar per la densificació del seu nucli central. Va passar de 30.000 habitants a esperar-ne 60.000 en aquesta àrea. La densificació va comportar analitzar les possibilitats d’augmentar el nombre d’habitatges al casc antic. I es varen categoritzar set maneres diferents per fer-ho. A més, per captar nous habitants, varen impulsar molts projectes per augmentar el verd urbà en aquelles zones. Es varen incorporar nous espais verds, molt diversos, amb dissenys de qualitat i ben gestionats. La popularitat i el prestigi de viure al centre anà lligada a la presència i qualitat de la infraestructura verda. Així, també s’ha treballat que la percepció d’aquest verd sigui agradable, ben distribuïda, i que es pugui veure i usar. S’han desenvolupat 7 estratègies per ampliar i millorar el verd: creació de bulevards (passeigs) atractius afegint-hi fileres d’arbres al llarg dels carrers; transformació d’illes al mig de l’asfalt, transformació de zones destinades a aparcament de cotxes i els vorals del riu en àrees verdes i atractives; s’ha fet de les places llocs de trobada agradables; s’han creat petits parcs de butxaca i s’ha procurat que tothom en pugui tenir un a prop per accedir-hi caminant; s’han afegit llocs d’esbarjo pels nens i s’ha fet que l’entorn d’aquests llocs sigui segur (amb zones de velocitat limitada i sotracs pels cotxes); s’han transformat els terrats i les façanes dels edificis, i s’ha ofert més espai de qualitat a l’aire lliure per tal que la gent hi estigui més temps i s’hi senti millor.

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA

ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN TÉCNICA

Documentos y guias


Estudios científicos

  • Carlson, J. A. et al. (2016) ‘Walking mediates associations between neighborhood activity supportiveness and BMI in the Women’s Health Initiative San Diego cohort’, Health & Place, 38, pp. 48–53. doi: 10.1016/j.healthplace.2016.01.001.Walking.
  • Cerin, E. et al. (2017) ‘Do associations between objectively- assessed physical activity and neighbourhood environment attributes vary by time of the day and day of the week ? IPEN adult study’, pp. 1–16. doi: 10.1186/s12966-017-0493-z.
  • James, P., Hart, J. E. and Laden, F. (2015) ‘Exposures to Walkability and Particulate Air Pollution in a Nationwide Cohort of Women’, Environmental Research, 142, pp. 703–711. doi: 10.1016/j.envres.2015.09.005.Exposures.
  • Jáuregui, A. et al. (2016) ‘Perceived and Objective Measures of Neighborhood Environment for Physical Activity Among Mexican Adults , 2011’, pp. 1–12.
  • Katapally, T. R., Rainham, D. and Muhajarine, N. (2015) ‘Factoring in weather variation to capture the in fl uence of urban design and built environment on globally recommended levels of moderate to vigorous physical activity in children’, pp. 1–10. doi: 10.1136/bmjopen-2015-009045.
  • Kerr, J. et al. (2016) ‘Perceived Neighborhood Environmental Attributes Associated with Walking and Cycling for Transport among Adult Residents of 17 Cities in 12 Countries : The IPEN Study’, Environmental Health Perspectives, 124(3), pp. 290–298.
  • King, A. C. et al. (2015) ‘An observational study identifying obese subgroups among older adults at increased risk of mobility disability : do perceptions of the neighborhood environment matter?’, International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 12, p. 157. doi: 10.1186/s12966-015-0322-1.
  • Kolbe-alexander, T. L. et al. (2015) ‘The relationship between the built environment and habitual levels of physical activity in South African older adults : a pilot study’, pp. 1–9. doi: 10.1186/s12889-015-1853-8.
  • Koohsari, M. J. et al. (2015) ‘Public open space, physical activity, urban design and public health: Concepts, methods and research agenda’, Health and Place. Elsevier, 33, pp. 75–82. doi: 10.1016/j.healthplace.2015.02.009.
  • Liao, Y. et al. (2016) ‘Associations of Perceived and Objectively-Measured Neighborhood Environmental Attributes With Leisure-Time Sitting for Transport’, Journal of physical activity & health.
  • Melis, G. et al. (2015) ‘The Effects of the Urban Built Environment on Mental Health : A Cohort Study in a Large Northern Italian City’, pp. 14898–14915. doi: 10.3390/ijerph121114898.
  • Miranda, J. J. et al. (2016) ‘Patterns and Determinants of Physical Inactivity in Rural and Urban Areas in Peru : A Population-Based Study’, pp. 654–662.
  • Oliver, M. et al. (2015) ‘Neighbourhood built environment associations with body size in adults : mediating effects of activity and sedentariness in a cross-sectional study of New Zealand adults’, BMC Public Health. BMC Public Health, 15, p. 956. doi: 10.1186/s12889-015-2292-2.
  • Paul, P., Carlson, S. A. and Fulton, J. E. (2017) ‘Walking and the Perception of Neighborhood Attributes Among U.S. Adults, 2012’, Journal of Physical Activity and Health, 14(1), pp. 36–44.

Se pueden obtener informaciones más detalladas dirigiendose al Servicio de Salud Pública: entornurbasalut@diba.cat

Fecha de la última actualización:
ds., 08 de maig 2021 18:12:26 +0000