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Equipamientos

Iluminación (natural y artificial)

CONTEXTO

© fotohunter / Shutterstock.com

Además de facilitar la visión, la luz afecta al cuerpo humano de diversas formas no visibles. El ritmo biológico del ser humano se programa en función de los ciclos naturales de luz diurna y oscuridad nocturna, que duran aproximadamente 24 horas y son conocidos como ciclo circadiano.

Se distinguen dos tipos de iluminación: natural y artificial. Toda la iluminación —no sólo la natural— contribuye al ritmo circadiano de nuestros cuerpos. Teniendo en cuenta que pasamos aproximadamente el 90 % del tiempo en espacios interiores, es necesario realizar un acondicionamiento de la iluminación en los edificios públicos con objetivo de favorecer la percepción visual, el ciclo circadiano y asegurar así la correcta ejecución de las tareas así como la seguridad y el bienestar de los ocupantes de estos edificios.

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La correcta iluminación interior de un edificio se determina por la satisfacción de tres necesidades básicas: confort, productividad y seguridad. Por contra, una iluminación deficiente puede provocar afectaciones en el ritmo biológico y una disminución en la productividad. Además, puede ser causa de fatiga visual, dolor ocular, cefaleas o problemas de concentración e insomnio. Cuando se habla del confort visual hay que tener en cuenta 3 factores clave: agudeza visual (nitidez), sensibilidad a los contrastes, y eficiencia de las funciones oculares. Estos factores son los que determinan el rendimiento visual.

En el caso de luz artificial debe tenerse en cuenta su impacto sobre el consumo eléctrico, ya que en las oficinas y los equipamientos genera un consumo considerable, que en varios casos suele ser mayor que el gasto de refrigeración y calefacción. No obstante es importante primar siempre que sea posible un buen diseño con la finalidad de poder disponer de iluminación natural, ya que la presencia de luz natural favorece la sensación de bienestar y potencia el aumento del rendimiento.

 

OBJETIVO

  • Definir criterios que permitan disponer de niveles y calidad de iluminación natural y artificial adecuados, para poder desarrollar correctamente las tareas del día a día sin afectar al ciclo circadiano.
  • Educar para un uso adecuado y responsable de la iluminación artificial evitando el consumo innecesario.
  • Mejorar la eficiencia energética en la iluminación.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

  • Aunque no es una regla de obligado cumplimiento, se debe garantizar el derecho a la luz natural en todas las estancias que se ocupen durante largos periodos de tiempo. La luz natural siempre deberá ser la fuente de iluminación principal.
  • Promocionar la exposición a la luz diurna y vistas al exterior, limitando las distan-cias de los puestos de trabajo a las ventanas. La distancia entre puestos de trabajo y ventanas no deberá ser superior a 7,5m.
  • Fomentar la agudeza visual a través de la definición de niveles de iluminación óptimos según el tipo de uso del espacio y las tareas a desarrollar. Un nivel de iluminación ambiental de 300 lux es suficiente para la mayoría de las tareas. En los puestos de trabajo o mesas de estudio se deberá mantener una intensidad lumínica media de 215 lux o superior, medida en el plano horizontal a 80 cm de distancia del pavimento acabado. Siguiendo la normativa, este valor de intensidad lumínica varía en función de las actividades: por ejemplo, en oficinas (zonas de escritura) y en bibliotecas (zonas de lectura) son necesarios 500 lux. La iluminación podrá atenuarse con la luz diurna, pero no deberá depender de esta para cumplir con el nivel recomendado, haciendo un uso de distintos tipos de iluminación eficiente: sustitución de halógenos o fluorescentes por luces LED de bajo consumo.
  • Garantizar que el sistema de iluminación interior está repartido en diferentes zonas de área no superior a 45 m2 que se puedan controlar de forma independiente. Los sistemas de regulación de la iluminación artificial deberán ser automáticos o de fácil manipulación por parte de los gestores de los edificios.
  • Evitar deslumbramiento por el sol a través de sistemas de protección (como corti-nas o persianas) que evitan su incidencia directa en los ocupantes. En las aperturas de orientación sur, con un voladizo de aproximadamente 1 m se evita que el sol incida directamente. En las aperturas de orientación este u oeste el voladizo no es eficiente una vez el sol incide horizontalmente en las ventanas. Se deberán colocar sistemas de lamas verticales o cortinas que respeten la transparencia visual.
  • Alentar la presencia de luz solar a través de sistemas automáticos de atenuación de las luminarias.
  • Instalar sistemas automáticos de detección de movimiento tanto en las zonas de uso frecuente como en las zonas de uso puntual (lavabos, zonas de servicios, etc.) para atenuar la iluminación hasta un 20 % (o apagarla) siempre que estos espacios estén desocupados.
  • Dar a conocer a los ocupantes del edificio los resultados de una buena gestión de la iluminación (ahorro energético, elevados niveles de productividad y sensación de seguridad y de confort).
  • Recogen la luz solar a través de helióstatos y transmitirla sin provocar calor.
  • Instalar claraboyas verticales, que evitan la luz directa en verano y permiten el paso de la luz en invierno.

EXPERIENCIAS DE REFERENCIA

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA

ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN TÉCNICA

OTRAS FICHAS DE LA GUÍA

  • Diputación de Barcelona. Guía “on line” Entorn Urbà Saludable. Ámbito Vivienda. iluminación.

Se pueden obtener informaciones más detalladas dirigiendose al Servicio de Salud Pública: entornurbasalut@diba.cat

Fecha de la última actualización:
dc., 12 de maig 2021 04:33:50 +0000