Principales problemas de salud asociados al entorno

Problemas de salud mental

Los datos

El conjunto de los trastornos mentales son la causa más frecuente de enfermedad en Europa, siendo responsables del 20 % de la carga total de enfermedad. La depresión, que representa casi una tercera parte del total de trastornos mentales, ocupa el tercer lugar de los problemas de salud, solo por detrás de la isquemia coronaria y los accidentes cerebrovasculares.

En Cataluña, según datos de la ESCA del 2012, el 10,7 % de la población de 15 años y más tiene riesgo de sufrir un trastorno mental en el momento de la entrevista (el 6,9 % de los hombres y el 14,4 % de las mujeres). La diferencia entre hombres y mujeres se mantiene en todos los grupos de edad. El porcentaje de probabilidad de sufrir un trastorno mental en el momento de la entrevista se incrementa de forma gradual a medida que la clase social es más desfavorecida y el nivel de estudios es más bajo.

Los trastornos mentales son problemas de salud que tienen un fuerte impacto social, sanitario, económico y una importante repercusión en la calidad de vida de las personas que los padecen y sus familias.

Actualmente la salud mental se considera una prioridad sanitaria en la agenda política de Europa, España y Cataluña.

 

Factores de riesgo

Desigualdades sociales y crisis económica. Las sociedades con altos niveles de desigualdad tienden a tener un bajo nivel de cohesión social (Hsieh y Pugh, 1993) y un riesgo elevado de problemas de salud mental. (Fuente: Mental health policy and practice across Europe. European Observatory, 2007).

Baja cohesión social. La falta de cohesión social debilita la salud mental (Kawachji y Berkman, 2003). En cambio, las redes y el apoyo social mejoran la salud mental (House et al., 1988).

La exclusión social puede ser causa y resultado de trastornos mentales. Las personas en el paro, muchos grupos de minorías étnicas, personas discapacitadas, presos, enfermos psiquiátricos institucionalizados y personas sin techo son grupos en riesgo de exclusión social. Asimismo, la exclusión social incrementa el riesgo de discapacidad, enfermedad, adicciones y aislamiento social, y viceversa, dando lugar a círculos que se retroalimentan.

Las deficientes condiciones de la vivienda están relacionadas con una disminución de la salud mental y pueden favorecer el desarrollo de trastornos de salud mental (Thomson y Petticrew, 2005).

El ruido y el estrés son otros factores que predisponen a sufrir problemas de salud mental.

 

Recomendaciones

Impulsar políticas que promuevan la cohesión social, que contribuyan a la mejora de la salud mental y reduzcan la muerte prematura y la discapacidad que resultan de la enfermedad mental. (OMS, 2004).

Diseñar las ciudades y los barrios de forma que se favorezca la interacción entre las personas, fomentando los espacios de encuentro y las zonas verdes, cuyo uso se ha demostrado que reporta beneficios para la salud.

Potenciar las medidas encaminadas a modificar el entorno, de forma que facilite la actividad física, dado que se ha demostrado que la actividad física reduce el riesgo de padecer depresión y mejora el bienestar psicológico. (Mental health policy and practice across Europe. European Observatory, 2007).

Se ha demostrado que las intervenciones para mejorar las condiciones de la vivienda mejoran la salud mental y tienen un impacto positivo en factores como el incremento de la seguridad, la reducción de los delitos y el fomento de la participación de la comunidad (Raudenbush y Earls, 1997; Thomson et al., 2001).