Se define el ruido como el sonido no deseado que interfiere en la actividad humana y que puede producir daños en la salud de las personas. El oído humano está preparada para recibir sonidos de la natura dónde, sacado de fenómenos puntuales como por ejemplo las tormentas, no se registran ruidos superiores a 60 decibelios (#dB). Desgraciadamente, estos valores se superan de manera habitual en nuestras ciudades a causa del ruido del tráfico, principalmente.

Actualmente es considera que la contaminación sonora en las ciudades constituye un grave problema de salud pública. Los últimos datos publicados por la #OMS sitúan la contaminación acústica debida al tráfico a Europa como segundo factor ambiental causante de dolencia, solo superado por la contaminación atmosférica. Se calcula que un 40% de sus ciudadanos están sometidos a niveles de ruido derivado del tráfico superiores a 55 #dB y que más del 30% está expuesta durante la noche.

A pesar de que el reconocimiento del ruido ambiental como peligro para la salud es relativamente reciente, existen muchas investigaciones que relacionan el ruido ambiental con procesos de morbilidad.

Entre las repercusiones en la salud que se han identificado tenemos todas las relacionadas directamente con el deterioro de la función auditiva, como pueden ser la fatiga auditiva (descenso temporal de la capacidad auditiva), la hipoacusia permanente (pérdida de audición) o los acúfens (ruidos subjetivos producidos por el oído interno). Otros estudios sugieren que el exceso sonoro puede afectar el resto del organismo a través del sistema nervioso y endocrino produciendo alteraciones en el ritmo cardíaco y vasoconstricció periférica, interfiriendo los procesos digestivos o provocando un incremento de la tensión muscular. Finalmente, el ruido tiene efectos sobre la salud psíquica y social de las personas puesto que puede producir afectar la comunicación y el comportamiento provocando estrés, agresividad, alterar el descanso nocturno, dificultar la concentración, etc.

Existen evidencias de la relación entre la exposición crónica al ruido del tráfico y las dolencias coronarias y los resultados de algunos estudios alertan sobre los efectos que el exceso de ruido de los ambientes urbanos pueda tener tanto en la salud física de los niños como en las funciones cognitivas.

La #OMS publicó en 2011 un estudio que evalúa el impacto del ruido en la salud donde se cuantifica por primera vez la carga de dolencia relacionada con el ruido ambiental en la región europea y la sitúa en una pérdida de más de un millón anual de años de vida sana.