Exposició ambiental a productes químics

Exposición ambiental a productos químicos

Es indudable que los productos químicos han permitido mejorar las condiciones de vida de las personas. Pensamos por ejemplo en los medicamentos que salvan vidas, los productos agroquímicos que mejoran la productividad de los cultivos, en los biocidas que potabilizan el agua de consumo humano; así como muchos otros que nos hacen la vida más fácil y agradable como los productos químicos de uso doméstico o los cosméticos. Pero, a pesar de todos estos beneficios sociales, económicos y de salud, se conoce desde hace tiempo que algunas sustancias químicas que se comercializan o se han comercializado en el pasado (sustancias químicas peligrosas) pueden afectar gravemente la salud humana, ocasionando dolencias y muerte prematura, además de dañar el medio natural, a causa de su toxicidad aguda, persistencia en el medio y bioacumulación a los organismos vivos.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, hasta el año 1981 había comercializadas más de 100.000 sustancias químicas diferentes y se estima que se incorporan cada año una media de 2.000 sustancias nuevas. El problema ha estado que el rápido incremento en la producción de productos químicos sintéticos de las últimas décadas no ha ido acompañado del conocimiento de los efectos perjudiciales para la salud que ocasionan algunas de estas sustancias, que ha estado muy posterior a los daños causados.

La exposición de la población a estas sustancias se da en todos los ámbitos de la vida. Las encontramos dispersas en el aire que respiramos, al agua que bebemos y a los alimentos que comemos diariamente, pero también forman parte del objetos y productos que nos acompañan diariamente a todos los escenarios de nuestra vida cotidiana. Se pueden encontrar a los, tejidos, cosméticos, colorantes, plaguicidas, plásticos, aparatos electrónicos o en los envases de alimentos, por ejemplo.

Desde hace años se conoce que la exposición aguda a determinados productos químicos aumenta el riesgo de sufrir algunas dolencias (cáncer, trastornos neurológicos, etc.), pero recientemente se ha constatado que algunas sustancias a dosis muy bajas pueden interferir en los procesos de regulación hormonal (disrupción endocrina) y de regulación de la expresión génica (alteraciones epigenéticas), con importantes consecuencias para la salud.

Existen tres grupos principales de productos químicos que han sido identificados como particularmente preocupantes, desde el punto de vista de sus efectos sobre la salud y el medio:

  • Los compuestos orgánicos persistentes (VEZ). Son sustancias químicas tóxicas, resistentes a la degradación y bioacumulables, con capacidad para #dispersar a grandes distancia. En este grupo se incluyen plaguicidas organoclorados y algunos productos químicos industriales y sus subproductos, como los policlorobifenils (PCB) y las dioxinas.
  • Las sustancias con capacidad para alterar el sistema hormonal, denominadas disruptores endocrinos (DE). Son un grupo heterogéneo de sustancias, mayoritariamente sintéticas, desarrolladas para finalidades diversas. Algunas Veces son también DE.
  • Algunos metales pesado como el plomo, el mercurio, el cadmio, el arsénico, etc.

La exposición crónica a estas sustancias se ha asociado a varios trastornos neurológicos, trastornos de la reproducción y del desarrollo, dolencias respiratorias, alteraciones del sistema hormonal, disfunciones del sistema inmunològic, obesidad y cáncer.

Hay que tener presente que los riesgos para la salud de los productos químicos peligrosos no dependen solo de su toxicidad, sino que el momento de la exposición también es importante. En este sentido, la capacidad de producir daños de algunas de estas sustancias varía en función del momento del ciclo vital en que se produce la exposición, siente máxima en los estadios tempranos de la vida. Actualmente se sospecha que algunas dolencias de los adultos, pueden estar vinculadas con las exposiciones durante la infancia e incluso durante el periodo prenatal.

La preocupación creciente por los gobiernos a lo largo de los últimos años para proteger la salud de la población de los riesgos de los contaminantes químicos peligrosos ha dado lugar a la creación de diferentes instrumentos legislativos. podemos destacar el Convenio de Estocolmo, adoptado al 2001 en el marco de las Naciones Unidas, mediante el cual se prohibieron el uso intencional de determinados VEZ y, ya en el ámbito de la Unión Europea, la aprobación en 2006 del Reglamento sobre el Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de las Sustancias y Preparados químicos (REACH), todavía en periodo de aplicación, que unifica en un único reglamento más de 40 normativas diferentes de la Unión Europea y traslada a la industria la responsabilidad de demostrar que las sustancias químicas son seguras.

Para hacer frente a las inquietudes de la comunidad científica internacional, la Comisión Europea ya se ha planteado mejorar algunos aspectos de la regulación de los productos químicos vigente, como por ejemplo:

  • La exposición simultánea a múltiples sustancias químicas a bajas dosis (efecto cóctel), aspecto que no aborda el REACH.
  • La actualización de la Estrategia Comunitaria vigente sobre disruptores endocrinos, para prohibir o controlar más estrictamente algunas de estas sustancias.
  • La aprobación de una estrategia específica para abordar los potenciales riesgos para la salud derivados de los nanomateriales y las nanopartículas.

Mientras la investigación avanza en el conocimiento sobre los mecanismos de acción y el impacto en la salud de los contaminantes químicos, son del todo necesarias las iniciativas globales como el Enfoque Estratégico Internacional para la Gestión de Productos Químicos (SAICM), instrumento jurídico creado al 2006 en el ámbito de la PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), en respuesta a la necesidad de promover una gestión racional en la producción y uso de los productos químicos inspirada en los principios de prevención, reducción y precaución para minimizar los efectos adversos de estas sustancias en la salud humana y el medio ambiente.