Historia del recinto Mundet
Orígenes
Antecedentes de los Hogares Mundet
Antecedentes de los Hogares Mundet A mediados del siglo XIX, las instalaciones de la Casa de Caridad, fundada en 1803, en el Raval de Barcelona, habían quedado obsoletas y sufrían una gran concentración de asilados. El espacio era reducido y el entorno carecía de aire puro. La consideración de medidas higienistas, que se difundieron a lo largo del siglo y que recomendaban espacios al aire libre cerca del campo, también fue otro factor que motivó a la Diputación de Barcelona a buscar nuevos emplazamientos para trasladar las instalaciones. ciones.
El 29 de diciembre de 1874, la Diputación de Barcelona alquiló en contrato de arrendamiento la finca Casa Mirós, en la montaña de Sarrià, concebida como sucursal provisional de la Casa de Caridad. La finca disponía de un jardín y viñedos que posibilitarían a los internos dedicarse a tareas agrícolas como actividades de recreo. La capacidad prevista era de 60 a 80 asilados. La Junta de la Casa de Caridad se comprometió a construir una carretera de acceso a la finca de la Casa Mirós, pero un informe posterior desaconsejó su adquisición, al no disponer de las suficientes condiciones higiénicas para los futuros asilados . Por estos motivos, en 1876 se rescindió el contrato de arrendamiento.
Otros ejemplos de nuevos emplazamientos que no lograron se encontraban en terrenos situados en Sarrià, Sant Joan d'Horta, Sant Gervasi de Cassoles, Les Corts de Sarrià o Sant Andreu del Palomar. Tras el fracaso de todas estas opciones, la Junta de Gobierno de la Casa de Caridad optó por realizar obras de mejora en las antiguas instalaciones del Raval, pero con la entrada del siglo XX, la Casa de Caridad logró finalmente disponer de dos fincas en Horta, al pie de la montaña del Tibidabo, para dar servicio asistencial a los residentes: Can Tarrida y la Torre dels Frares.
Can Tarrida
El origen de Can Tarrida procedía del legado particular que el potentado Marià Torrabadella y Golobardes hizo en 1897, aunque la Diputación no puso en marcha la adaptación y rehabilitación de la finca hasta 1907.
La finca fue adaptada por el arquitecto Josep Bori, para acoger a ochenta criaturas de entre siete y ocho años. Las condiciones eran inmejorables: estaba bien comunicada con el centro de Barcelona y disponía de zonas de regadío y amplias zonas de recreo.
Can Tarrrida también funcionó como casa de colonias de unos cien niños de ambos sexos procedentes de la Casa de Caridad. La finca también contó, a partir de 1916, de una galería separada del edificio central que acogía a pacientes tuberculosos graves que no podían ser operados, pero que podían beneficiarse de la helioterapia. Durante los años de la Segunda República, el arquitecto Josep Goday proyectó la reforma y ampliación del edificio, pero diferentes eventos políticos impidieron sus trabajos.
Can Tarrida suministraba una parte de los víveres de la Casa de Caridad, gracias a la explotación agropecuaria tradicional practicada, que proporcionaba hortalizas, carne de cerdo y aves de corral. Prolongó su existencia hasta que fue derribada en 1974, con motivo de las obras de construcción de la avenida del Estatut.
Torre dels Frares
En 1915 la Diputación de Barcelona, en convenio con la Fundación Albà, compró la antigua Casa o Torre dels Frares, propiedad de la familia Conill y Montobbio. Bonaventura Conill y Montobbio era miembro; este arquitecto había prestado sus servicios a la Diputación de Barcelona, entre otros en la primera reforma arquitectónica de la fábrica Can Batlló, durante la primera década del siglo XX para convertirse en un recinto educativo de formación técnica e industrial, la Escuela Industrial.
La superficie de la finca de los Conill y Montobbio era inmejorable en términos sanitarios, ya que estaba rodeada de bosque, alejada del casco urbano barcelonés, gozaba de un clima seco y estaba resguardada del viento del norte.
La Torre de los Frailes era una masía del siglo XVIII de tres plantas que lució un revestimiento esgrafiado después de la restauración. Josep Goday, arquitecto de la Diputación de Barcelona, fue el encargado de la ampliación de la Torre de los Frailes, quienes después de realizar un viaje al sur de Francia para conocer las instalaciones del Sanatorio de la Teppe, en Francia, que regentaban las monjas de San Vicente de Paúl (las mismas que en la Casa de Caridad), proyectó la construcción de varios edificios.
El proyecto inicial fue hospedar a pacientes que sufrían epilepsia. Tras la remodelación de la finca, a mediados de 1918 se trasladaron las mujeres asiladas con este trastorno.
A consecuencia de un contagio de tuberculosis fuerte que vivió Barcelona en 1920, la Junta de Gobierno de la Casa de Caridad decidió destinar uno de los dos pabellones en construcción para asilados tuberculosos de ambos sexos, manteniendo la finca anteriormente reformada para epilépticos.
Además, en 1923 la Mancomunitat de Catalunya compró otro trozo de terreno en la Torre de los Frailes a la familia del arquitecto Conill Montobbio.
Finalizadas las obras del primer pabellón, en marzo de 1924 se trasladaron los asilados tuberculosos que estaban en la Casa de Caridad; los chicos y los hombres se alojaron en la planta baja, y las chicas y las mujeres en la planta superior. Ese mismo año también se inauguró el segundo pabellón, un edificio para niños y adolescentes pretuberculosos de ambos sexos. Ambos pabellones disponían de instalaciones modernas con solarium, departamento de rayos X, laboratorios y salas de operaciones, entre otros.
El complejo contaba con una comunicación subterránea entre el segundo pabellón, el del Preventorium, y la finca de la Torre de los Frailes, donde se encontraban los servicios centrales, que acogían las cocinas o las dependencias de las hermanas de la Caridad, entre otros.
La Torre de los Frailes fue derribada en 1973.
El proyecto de los pabellones de Levante, Central y Ponente
La Diputación de Barcelona, presidida por Josep Maria Milà i Camps, conde de Montseny, de 1925 a 1930, en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, impulsó parcialmente el proyecto de una nueva casa de Caritat en Horta, y con este objetivo compró en 1927 la finca Pallós (anteriormente conocida como Mas Pons, después Queralt y posteriormente Casalius), propiedad de Carme Carpi y Ramón, que disponía de 21.873 metros cuadrados de terreno, junto a la Torre dels Frares.
El arquitecto Joan Rubió i Bellver diseñó un ambicioso recinto asistencial, aprobado por la Junta de Gobierno de la Casa de Caridad el 20 de abril de 1928, para trasladar definitivamente al personal asilado de la Casa de Caridad de la calle Montalegre . El recinto preveía la construcción de tres pabellones: Levante, Central y Ponent, y tenía una previsión de asilo para 1.500 chicos y chicas. El proyecto fue posible gracias al mecenazgo del doctor Francesc Fàbregas Mas, miembro de la Junta de Gobierno de la Casa de Caridad.
Debido a los problemas presupuestarios, cuando estalló la Guerra Civil española, en 1936, sólo se había construido el edificio de Levante (conocido durante la Segunda República como Pabellón Francesc Macià, tras la muerte del presidente de la Generalitat en 1933), destinado a colonia de veraneo para los niños residentes, y la planta baja y el sótano del Pabellón de Ponent.
Los Hogares Mundet
La evolución de las dependencias asistenciales de la Casa de Caridad en Horta fue azarosa: terminado el conflicto militar, entre los años 1939 y 1940, este emplazamiento fue el campo de concentración Sant Joan d'Horta.
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Entre 1942 y 1943 fue un centro para acoger mendigos y, entre 1943 y 1945 fue el espacio pensado para ubicar la sede del hospital antituberculoso del Patronato Nacional Antituberculoso, pero finalmente este proyecto no se llevó a cabo .
Aprobación del presupuesto del arquitecto Joan Rubió i Bellver para adaptar el Pabellón de Levante como centro de mendigos, 1941. Fondo: Diputació de Barcelona. (CAT AGDB 4618, exp.9)
Finalmente, a partir de 1946 se convirtió en una casa de colonias de veraneo llamada Hogar Montaña, para los niños asilados de la Casa de Caridad, donde practicaban deportes como fútbol, gimnasia, hockey, atletismo, ciclismo y excursiones por la naturaleza.
En 1954 la Casa de Caridad del Raval daba asilo a 1.667 personas, concretamente a 949 niños y 628 adultos.
La donación del matrimonio Mundet y la construcción del recinto
En 1952 se cumplieron 150 años de la fundación de la Casa de Caridad. La presidencia de Joaquim Buxó, marqués de Castellflorite, al frente de la Diputación de Barcelona entre 1949 y 1967 se caracterizó por la promoción de tareas filantrópicas.
En el caso de la zona del Vall d'Hebron permitió revitalizar el proyecto del traslado de la Casa de Caridad a Horta, que había quedado en el olvido tras la Guerra Civil española, dada la implicación de la Generalitat republicana en la construcción del recinto. El proyecto fue presupuestado en un total de 94 millones de pesetas y en 1953 el arquitecto Manuel Baldrich realizó un informe para reanudar las obras. Este proyecto preveía la construcción de ocho edificios, en vez de los tres que había proyectado Rubió y Bellver a finales de la década de 1920.
La demanda filantrópica del presidente Buxó llegó hasta el empresario Artur Mundet i Carbó, a través de un viejo amigo suyo, Julián Pérez Rodríguez, alto funcionario de la Diputación de Barcelona y entonces jefe de Secretaría de la Casa de Caridad.
Mundet, nacido en San Antonio de Calonge en 1879, pero instalado en México a principios del siglo XX, era un exitoso empresario vinculado al comercio del corcho. También era conocido por ser el inventor de la popular bebida Sidral Mundet. Tras revisar el anteproyecto de la nueva Casa de Caridad en Vall d'Hebron, hizo una importante donación económica de 40 millones de pesetas.
El matrimonio Mundet, formado por Artur y Anna Gironella y Llovet, era también conocido en México por sus obras de beneficencia. En el caso de la nueva Casa de Caridad en Horta, el donativo se hizo público a través de una carta pública dirigida a la Diputación el 19 de julio de 1954. Era una fecha explícitamente simbólica para el régimen franquista, aunque certificado emitido por el secretario de la Diputación con los acuerdos relativos al donativo Mundet llevaba la fecha del 6 de octubre, apenas veinte años después de los hechos de octubre de 1934 y la proclamación del Estado catalán por Lluís Companys, quien había residido en el Palacio de las Hiedras junto a los Hogares Mundet durante la Guerra Civil española.
En esta carta se expresaban una serie de condiciones para materializar la donación: el recinto debía llevar el nombre de su mujer, Hogares Ana Gironella de Mundet; la construcción debía ejecutarse en un plazo de tres años a partir de la aceptación del donativo, estableciéndose el pago fraccionado en diez anticipos de cuatro millones de pesetas cada uno, con la condición de que, por cada millón que allí existiera pusieran los Mundet, la Diputación debía invertir la parte proporcional hasta alcanzar los 94 millones del presupuesto previsto.
Todas las condiciones se llevaron a cabo, aunque finalmente, por una cuestión ideológica de la dictadura, el nombre final de la nueva Casa de Caridad fue Hogares Ana G. de Mundet. La Diputación, como muestra de agradecimiento del donativo de los Mundet, entregó la Medalla de Oro de la Provincia a Anna Gironella y nombró diputado provincial honorífico a Artur Mundet y el ingreso de ambos en la Orden Civil de Beneficencia .
La primera piedra del nuevo recinto que debía implicar el desmontaje definitivo de la Casa de Caridad del centro de Barcelona se colocó el 11 de septiembre de 1954. El acto tuvo lugar en la explanada que estaba frente al Pabellón de Levante, el antiguo Pabellón Francesc Macià.
El proyecto de construcción preveía siete edificios, aprovechando el antiguo Pabellón de Levante y derribando el de Ponent, del que sólo se había construido el sótano y la planta baja.
La separación física de los pabellones destinados a chicos y chicas era aún mayor que la prevista en el proyecto anterior de los años veinte: el pabellón de chicas se encontraba muy cerca de la falda de Collserola, junto al campanario proyectado, mientras que el de chicos tenía vistas a la carretera del Vall d'Hebron.
El recinto estaba integrado por un conjunto de pabellones independientes separados por jardines y conectados por una galería subterránea de 800 metros de longitud que permitían llegar a los pabellones de cocina y lavaderos a través de vagonetas mecanizadas.
El arquitecto provincial, Manuel Baldrich, informa del estado de las obras al gobernador civil, Acedo Colunga, a Joaquin Buxó d'Abaigar, presidente de la Diputación de Barcelona, y otras autoridades, 7 de julio de 1956. Autoría: Joaquín M – Domínguez Puente. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB R.17339)
Inauguración de los Hogares Mundet y evolución posterior
La inauguración del recinto asistencial, un acto que sirvió de gran escaparate del régimen franquista, tuvo lugar tres años después, el 14 de octubre de 1957 y contó con la presencia del jefe de Estado, Francisco Franco. Conocidas popularmente como los Hogares Mundet, las instalaciones se destinaron a la educación y asistencia de niños, personas mayores y enfermos, con una capacidad para acoger hasta 2.250 personas. El traslado de todos los internos que se encontraban en la Casa de Caridad se realizó a principios de 1958. Tanto el pabellón de chicos como el de chicas acogería a 720 residentes repartidos en 12 secciones de 60 personas cada una. El pabellón sanitario tenía cuatro plantas destinadas a enfermería, consultorios, farmacia y cirugía, e incluía un laboratorio y un aparato de rayos X.
La iglesia, de forma simbólica, ocupaba un lugar central en el recinto. Manuel Baldrich se había inspirado en los modelos de la arquitectura nórdica y el campanario tenía una altura de 40 metros. Las hermanas de San Vicente de Paúl, como habían hecho en la Casa de Caridad, se harían cargo de la educación de las chicas y del cuidado de los ancianos, mientras los padres salesianos eran los responsables del proyecto educativo de la sección de chicos y de los aprendices de la Casa de Caridad.
La dirección de los salesianos en la enseñanza profesional representó la creación de una escuela de maestría industrial dentro de las nuevas escuelas profesionales salesianas de los Hogares Mundet, que seguían el mismo programa que la Escuela Industrial de la calle Comte d'Urgell.
En 1958 la Diputación adquirió el Palau de les Heures, también conocido como Casa Gallart, para acoger a criaturas de sexo femenino con discapacidad psíquica. Can Tarrida acogió a los disminuidos psíquicos de la Casa de Caridad. Los tres pequeños pabellones de la Torre dels Frares dejaron de ser un preventorio antituberculoso para acoger a 150 niños que tenían entre seis y diez años. Por otro lado, en la antigua sede de la Casa de Caridad se mantuvieron algunos servicios como el taller de tisaje, la imprenta escuela o el taller de encuadernación.
El recinto también contó con un edificio especializado en psicopedagogía, el pabellón psicopedagógico, ubicado en Migjorn. La primera piedra se colocó en 1968 y fue inaugurado el 28 de junio de 1971. Acogió a los chicos y chicas con discapacidad psíquica que se encontraban en Can Tarrida y el Palau de les Heures, respectivamente.
El mensaje del nuevo discurso de la caridad impulsado durante los años cincuenta también dio gran importancia al deporte, que fue acompañado del culto a la naturaleza. La zona deportiva, que contaba con piscina y tres campos de fútbol entre otras instalaciones, fue inaugurada en noviembre de 1959.
El recinto de Mundet también otorgó una destacada relevancia al arte, que se puso de manifiesto en las diferentes obras de artistas ubicadas en la iglesia, en los jardines y espacios públicos. A modo de ejemplo, cabe mencionar al Cristo de hierro y al altar mayor de Josep M. Subirachs, y las pinturas de Joan Josep Tharrats en el muro del ábside de la iglesia del recinto. También destaca el mural de Joaquim Datsira, pintor la escuela de Pablo Picasso, en el edificio de Migdia, y las esculturas de Josep Clarà y Sebastià Badia. En conjunto, la diversidad de escuelas y estilos artísticos acentuó el aspecto moderno de las instalaciones proyectadas por Manuel Baldrich.
El teatro también tuvo un espacio en el recinto de Mundet. Diseñado por Manuel Baldrich, tenía una capacidad para 1.300 personas, lo que le convirtió en el cine más grande de Barcelona de su época. El diseño también fue avanzado, dado que las salas de butacas escalonadas ofrecían una mayor visibilidad. En la entrada del teatro se dispusieron murales del artista Josep Guinovart realizados entre 1957 y 1958.
Artur Mundet, el gran benefactor de Mundet, murió el 4 de julio de 1965 y el funeral tuvo lugar en la iglesia del mismo recinto.
Anna Gironella murió casi dos años después, el 3 de enero de 1967, y su despedida fúnebre también tuvo lugar en la iglesia de Mundet.
Con el paso del tiempo, el recinto ha ido adaptando sus espacios para dar respuesta a los cambios de la sociedad, pero sin perder el espíritu de solidaridad con el que nació. En este sentido, a lo largo de la década de 1990 la Diputación cedió parte de sus instalaciones a la Universidad de Barcelona, entre las que destacan la Facultad de Psicología y la de Pedagogía. Aparte de diferentes instituciones y administraciones públicas, el recinto también acoge el Palau de les Heures.