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Construcción

La chimenea de Can Batlló se construyó durante los primeros años de la década de 1870, por el maestro de obras valenciano Rafael Guastavino. Se trata de una de las chimeneas más altas de Cataluña y se usaron más de 244.000 ladrillos de 29,5 x 14,5 x 6 cm. Tiene una forma de pirámide truncada octogonal, elemento que ofrecía menor resistencia al viento, con una base de 52,90 m² y una altura de 62,5 metros.

AGDB. Fondo: Diputación de Barcelona. Autoría: desconocida. Chimenea, 1970.

Al pie de la chimenea convergen tres galerías, que daban espacio a las canalizaciones que conducían el vapor de las máquinas y calderas a lo largo de los diferentes rincones del recinto.

Restauración

El desprendimiento de una parte del coronamiento de la chimenea el 1970 hizo patentiza la necesidad de la restauración del edificio, después de haberse descartado derrocarla. La publicación de varios artículos del ingeniero Patricio Palomar Collado y el arquitecto Joan Bassegoda Nonell en La Vanguardia alertaron la opinión pública sobre la importancia de restaurar y conservar este monumento de Guastavino. La reforma se ejecutó el 1973 y comportó la reconstrucción de la corona, el refuerzo de la estructura con siete anillas de hierro para falcar la parte más alta de la chimenea y la sustitución de la escala interior.

Hoy la chimenea todavía es útil, puesto que sus chimeneas sirven de a las instalaciones y es el pararrayos del Eixample izquierdo.